sábado, 22 de diciembre de 2007

RESUMEN: LA VENTANA DEL PISO TRECE

Una roja y larga noche está por terminar.

Resumen de capítulos 1 al 11
Un día de fecha trece, en el piso trece de un edificio de apartamentos, tres niños, Susana, Pablo y Tomás estudiaban. El silencio inundó la habitación, Susana la mayor, miró por la ventana y dijo:
-¡No está la montaña!
Se encontraron en otro mundo. Después de explorar, la niña explicó a sus pequeños hermanos:
-Estamos muy alto sobre una torre, con sólo nuestra habitación, alrededor hay una selva, no veo casas o edificios.
Un animal increíble se presentó y después de muchas sorpresas, los transportó por los aires, el viaje finalizó sobre una pirámide de cinco kilómetros de altura. Allí encontraron varios extraordinarios protagonistas del drama.
Les hablaron sobre la invasión de los Asoragnes, quienes estaban perforando el subsuelo para llegar hasta un gran objeto mágico; si lograban este objetivo, penetrarían por todas las ventanas de los pisos trece en la tierra. Una invasión mortal y devastadora.
-Ustedes nos servirán para derrotar a los Asoragnes- dijeron a los niños.
Después de azarosas aventuras, y dentro de un ser, animal y fantasma, los tres niños se enfrentan a escorpiones tan grandes como vagones de tren. El tiempo se acorta, la destrucción es inminente. Los niños y sus acompañantes, están a punto de caer en las manos y tenazas de hechiceros y escorpiones.

domingo, 9 de diciembre de 2007

11.- LA VENTANA DEL PISO TRECE

Los colores cambian.

Capítulo 11. De cerca
Inmersos en la roca y siguiendo la curvatura de la cúpula, fueron sobrevolando la ciudad. Cuando en la lejanía observaron el movimiento de los invasores, los tres niños se abrazaron; estaban a pocos kilómetros de distancia y podían apreciar los detalles de la horrenda escena. Los rasgos de los escorpiones eran visibles, también el túnel les ofreció un asombroso espectáculo, parecía un ondulante cilindro azuloso, un amenazador gusano, descendiendo hacia la ciudad. En el interior se movían cientos de escorpiones, cargando rocas inmensas hacia la superficie; despejaban el terreno, mientras otros despedazaban la pared inferior, golpe a golpe, horadando más y más. Arriba a lo lejos, apretujados contra las paredes, estaban los Asoragnes; se veían minúsculos al lado de las enormes bestias.
Pablo, en alta voz, observó:
-Estamos muy lejos, no vemos bien los escorpiones; desde aquí, parecen trabajar sin problemas.
Tomás, con voz temblorosa, agregó:
-Son tanques de guerra gigantes, y los soldados son hormigas rojas.
Rema dijo:
-No podemos arriesgarnos, debemos mantener la distancia.
Miró a Mepe y a Tepe, parpadeó varias veces y habló:
-Nos acercaremos algo más, a la menor señal de peligro retrocederemos a toda velocidad.
El túnel y las figuras fueron aumentando de volumen, parecían crecer. La falta de referencias para la perspectiva, ofrecía la ilusión óptica de un lento aumento de tamaño, sin evidenciar la disminución de la distancia.
Susana calculó:
-Si los Asoragnes tienen estaturas similares a los hombres de la tierra, estamos a unos cien metros de distancia. ¡Que inmensos son los escorpiones! No les noto nada extraño, no tenemos experiencia en cuanto a su comportamiento y velocidad mientras excavan.
Tepe habló:
-Cuando comenzaron las excavaciones, se movían diez veces más rápido. Observen, a algunos se les caen las cargas de rocas; están torpes, comparados con la agilidad inicial. Ahora se necesitan más de diez, para hacer el anterior trabajo de uno de ellos.
Los niños captaron la situación, avanzaron uno o dos pasos, para ver mejor; entonces los Asoragnes comenzaron a mirar hacia los lados, algunos escorpiones se detuvieron y empezaron a girar sobre sí mismos, como perros persiguiéndose la cola.

domingo, 2 de diciembre de 2007

10.- LA VENTANA DEL PISO TRECE

Está amaneciendo.

Capítulo 10. Sorpresa
Emergió en silencio una cabeza, tan grande como un edificio de cuatro o cinco pisos. Los niños quedaron congelados por la sorpresa, sin preguntarlo, adivinaron de quien se trataba, estaban frente a un Pez de las Rocas.
No era transparente, tampoco opaco, tenía el aspecto y la textura de niebla sólida con iridiscentes tonos violeta. Susana abrazó a sus hermanos y pensó:
-Es la imagen de una ballena o de una tortuga, el fantasma de una tortuga; también me recuerda un delfín; salió de la roca sólida, vivió antes en el aire, esa es mi percepción.
En las mentes de los niños se formaron ideas, no oyeron palabras; sintieron un saludo y una invitación a entrar en la monumental boca del ente. Aceptaron con alegría, sin asombrarse de su propia reacción. Bajo sus pies, la textura del pez de las rocas les pareció elástica y algodonosa.
Una vez dentro del pez, Susana, Pablo y Tomás compartieron sus mágicas propiedades; supieron como si lo hubieran vivido, parte de la historia del gigante. Lo vieron viajar en las profundidades del subsuelo, recorriendo el planeta, moviéndose dentro de las rosadas masas de piedra, como un pez en el agua. Su materia no desplazaba la roca, sus partículas se filtraban entre los átomos de la masa sólida.
Vieron el lejano pasado de estos titanes de las profundidades, transportaban antiguos Magos de la Magiterra, magos de la arcilla mágica, hasta el sitio donde encontrarían la mina. Susana, Pablo y Tomás, entendieron la insondable conexión entre estas dos diferentes existencias.
En estado de paz interior, no perdieron contacto con la realidad, siguieron concientes del terrible apuro, y la responsabilidad sobre ellos.
Pablo y Tomás hablaban, se sentían como en una feria; Susana analizaba su alrededor:
-¿Cómo es posible? Nos movernos dentro de materia sólida. Estamos nadando dentro de la roca, y vemos a través de ella; es una masa cristalina. El pez parece un submarino transparente, no veo su forma de manera clara, es como si estuviéramos dentro de una burbuja de aire.
La joven tocó su cuerpo y el de sus hermanos, miró con detenimiento a los tres pequeños seres, Rema, Mepe y Tepe. Siguió, en silencio, haciendo conjeturas:
-Magos de la Magiterra, bonito nombre. Nos vemos y sentimos sólidos, respiramos aire; es incomprensible, está fuera de mis conocimientos. Allá abajo, a lo lejos, veo la ciudad, nos alejamos y ascendemos. La roca luce como gelatina rosada, muy traslúcida, y la ciudad está inmersa en una masa azul claro, debe ser el aire. La ciudad tiene kilómetros de extensión.

lunes, 26 de noviembre de 2007

9.- LA VENTANA DEL PISO TRECE

Capítulo 9. Fantasma
Pasaron tres días de suspenso, Susana, Pablo y Tomás durmieron poco y la falta de apetito los hizo rechazar manjares extraordinarios. Los tres niños se exprimían las mentes, intentando encontrar la forma de rechazar la invasión; los brujos y escorpiones, aunque lentos, comparado con el ataque inicial, seguían avanzando, estaban cerca del techo de Rusga.
Al borde del círculo de arena, los niños hablaban y descartaban ideas una tras otra. Tomás había excavado un hoyo en la arena, cuando introdujo el brazo ésta se derrumbó y quedó atrapado, el niño rió sorprendido. Susana lo miró con fraternal sonrisa.
Otro mensajero llegó:
-Regresaron los exploradores. Los escorpiones siguen perforando con poco entusiasmo; los brujos los golpean con sus látigos de fuego y aun así no aumentan la velocidad. El avance continúa, esta noche los escorpiones comenzaran a aparecer en el techo de la ciudad y bajarán por la pared de la cúpula.
Terminó de hablar y corrió hacia la profundidad de la galería.
Susana dijo, con la mirada en las rayas rojas:
-Debo ver esos escorpiones, necesito entender su retardo. Venían a velocidad de vértigo, ahora el avance es demasiado lento, observarlos de cerca nos podría ayudar.
Miró a los pequeños magos:
-¿Cómo puedo llegar hasta ellos?
Tomás corrió y se abrazó a su cintura:
-Voy contigo, eso es muy peligroso.
Pablo, con el ceño fruncido, objetó:
-Tomás se queda, es más seguro; voy contigo Susana.
Los tres gobernadores hablaron en coro:
-Demasiado riesgo, ustedes no saben ocultar sus mentes; los Asoragnes podrían matarlos.
Continuó Rema:
-Debemos buscar una alternativa.
Susana insistió:
-No queda ninguna otra cosa por hacer. Pablo, te quedarás cuidando a Tomás; iré sola.
Miró a los tres pequeños gobernadores y agregó:
-De lo contrario, esta noche nos arrepentiremos de no haberlo intentado.
Rema levantó su mano derecha y dijo:
-Hay una posibilidad: iré con Susana dentro de un Pez de las Rocas. Algunos están sumergidos en la parte más baja de la mina. No deben asustarse, el pez es un adorador de la vida y la armonía. Pronto estará aquí.
Los tres magos se miraron durante un instante, luego asintieron en silencio. Continuó hablando Rema:
-Hemos llegado a una conclusión, debemos ir nosotros tres para ocultarlos a la percepción de los Asoragnes. Y tenemos otra recomendación: deben ustedes permanecer juntos.
Tepe continuó la explicación:
-Nuestra magia predijo muy claro: ustedes nos darán la clave para enfrentar los invasores. Forman un equipo, no deben separarse. La idea o ideas saldrán de la suma de sus pensamientos: el resultado será mayor.
Tomás exclamó:
-¡Sí, no debemos separarnos, no es bueno!
Pablo expresó su pensamiento:
-Siempre hemos estado juntos para resolver nuestras tareas, nos apoyamos mucho. Estoy de acuerdo, debemos seguir juntos.
Susana pensó un instante, con la mirada fija sobre las rayas rojas en movimiento y dijo:
-Debemos apurarnos, están cerca.
Sobre la pared de roca, al fondo de la galería, apareció un fantasma.

martes, 13 de noviembre de 2007

8.- LA VENTANA DEL PISO TRECE


Capítulo 8. Roca azabache
Los escorpiones, tan grandes como dos o tres vagones de tren, tenían largas patas y pinzas enormes, con ellas podían transportar toneladas de roca. Una larga cola, finalizada en un aguijón negro, traspasaba con facilidad las paredes de piedra. Eran miles, trabajaban sin cansancio y a una velocidad asombrosa para sus tamaños. Los seguían largas columnas de guerreros, portaban lanzas de punta negra del mismo material de los aguijones.
Ningún blindaje o roca, creado por los constructores de las pirámides, podía resistir los golpes de estos aguijones y picas. Los escorpiones retiraban las masas derrumbadas y despejaban el camino hasta la superficie.
Los jinetes de los monstruos usaban látigos, con una esfera de fuego en la punta, con ellos azuzaban las bestias en su avance contra las paredes de roca.
Los brujos usaban rojos penachos y las indumentarias imitaban el fuego de los volcanes; desde siglos atrás, los intentos de invadir la pirámide fueron infructuosos, ahora tenían la piedra negra, obtenida a través de poderosos hechizos, con ella pudieron romper las paredes de la pirámide y horadar hacia las ciudades. Cuando la arcilla mágica estuviera en su poder, crearían bestias voladoras para atacar el resto de su mundo y dominarlo.
Los Asoragnes podrían entonces llegar a La Torre de la Conexión Mágica y entrar por los pisos trece de los edificios en la tierra. Las modernas armas de guerra nada podrían contra la magia de los volcanes; toda la tecnología quedaría inutilizada, los seres humanos serían lanzados a la edad de piedra en menos de un día.
Cuando perforaron la cúpula de diamante del techo de Musga, a treinta y dos kilómetros de profundidad, los brujos invasores se cubrían con pieles de tigre de las montañas. No se detuvieron allí, horadaron el piso helado de Musga, y casi dos millones de guerreros se dedicaron a saquear la ciudad, allí esperaban el momento cuando los monstruos llegaran a Rusga, donde se encontraban Susana, Pablo y Tomás.

lunes, 12 de noviembre de 2007

7.- LA VENTANA DEL PISO TRECE


Capítulo 7. Retardo
Algo nuevo, imposible de comprender, estaba ocurriendo.
Durante largas horas, Pablo y Susana siguieron el avance de las líneas rojas; parecían hormigas atacando, progresaban transformando en roja la línea verde, la ruta vertical del ascensor pirámide y trazaban caminos dispersos como telarañas.
Los niños no podían imaginar el aspecto de las hordas invasoras, atemorizados, miraban los rápido movimiento sobre la arena. Por alguna razón, incomprensible para Susana y sus compañeros, esto cambió: en las últimas horas la velocidad se había reducido de manera progresiva, hasta casi detenerse.
Los tres gobernadores de las ciudades aventuraron varias ideas: las hordas se entretenían en el saqueo, dijo uno; el trabajo de retirar roca a través de mayores distancias dificulta el avance, dijo otro; y por último, creían los tres pequeños seres, los masivos derrumbes, ordenados por Rema, Tepe y Mepe, más un mayor endurecimiento de la roca, estaban dificultando el ataque.
Sobre ellos, en la estructura de roca, los escorpiones seguían acercándose, muy despacio, sin detenerse por completo.

sábado, 3 de noviembre de 2007

6.- LA VENTANA DEL PISO TRECE

El cuadrúpedo arrastraba el trineo a gran velocidad; corriendo, se sentía feliz.

Capítulo 6. Diamante
Al despertar, Tomás dijo:
-Tuve un sueño, no lo van a creer.
El niño miró a los lados, reconoció el sitio y los ojos se le inundaron de lágrimas. Susana y Pablo se acercaron a Tomás; lo abrazaron en silencio.
Luego del desayuno, se reunieron en una inmensa sala de altas columnas; pisos como espejos y colosales chimeneas. Se podía ver a través de amplios miradores los lejanos niveles inferiores, distinguían puentes y pasillos por donde mucha gente avanzaba.
Susana pensó:
-Están evacuando la ciudad. Aunque caminan con tranquilidad, todos van en la misma dirección, no me engaño, están huyendo.
Pablo y Tomás miraban maravillados, olvidaron por un momento la atemorizante realidad. Habían llegado a esta sala a través de otro ascensor ultra rápido, con forma de pirámide. En el piso de la estancia, un gran círculo de arenisca, amplio, como una cancha de tenis, hacía la función de pizarrón o pantalla. Tenía arena de diferentes colores, los tres pequeños magos dibujaban sin tocarla, la hacían cambiar de matices y explicaban la situación a los tres niños.
Rema hablaba y su suave voz se perdía en el recinto:
-La construcción donde estamos, insistimos en explicarla para su análisis, está formada por dos pirámides, conectadas base con base. Forman un diamante de dos puntas y ocho caras; una punta sobresale apenas un poco de la superficie del desierto, y la otra llega hasta la mina de arcilla mágica en la profundidad del subsuelo.
-La punta de la pirámide, marrón oscuro en el dibujo de arena, emerge en la superficie unos cinco kilómetros, ustedes la vieron al llegar.
-Con el primer ascensor, bajamos siguiendo la línea verde vertical, pasamos la primera ciudad, Tusga, en color rojo, ella está a diecisiete kilómetros de profundidad bajo el nivel de la superficie del desierto.
Mepe continuó la explicación:
-Al seguir bajando, pasamos la segunda ciudad Musga, en color verde. Seguimos descendiendo hasta estar debajo de la más grande, Rusga, en color azul y luego ascendimos para entrar a la misma Rusga, donde ahora nos encontramos.
Los tres niños tenían los ojos muy abiertos por el asombro. Susana puso una mano sobre el hombro de cada uno de ellos y preguntó:
-¿A qué profundidad estamos?
Fue Tepe quien respondió:
-Estamos a cuarenta kilómetros de profundidad, por debajo del nivel del desierto, y a cuarenta y cinco de distancia vertical de la plataforma, donde descendió el caballo con ustedes.
Susana no hizo más preguntas, trataba de imaginarse la enorme distancia bajo tierra; no logró relacionarlo con nada. Lo más profundo donde había estado, era un sexto sótano de estacionamiento y eso no llegaba a treinta metros.
Pensó, abrumada por la cifra:
-Cuarenta y cinco kilómetros, es mil quinientas veces más profundo, comparado con el sexto sótano de un estacionamiento de vehículos.
Tepe continuó:
-Las líneas rojas e irregulares, son cavernas invasoras, las están excavando los brujos de los volcanes con su nueva arma: escorpiones gigantes.
Los tres hermanos gritaron:
-¿Escorpiones gigantes?
Y quedaron, aterrorizados al borde del pánico, mirando a Rema:
Los ojos de Tepe se aquietaron un momento, como sí un pensamiento le hubiera asaltado, y agregó con calma:
-Nos avisan algo: en este momento, las hordas están saqueando la primera ciudad, Tusga. Por eso, en el dibujo está casi por completo en color rojo. Los habitantes de Tusga escaparon hacia Musga. Dejaron sellados, con roca sólida, los accesos a sus espaldas, o mejor dicho: sobre sus cabezas.
Susana, se dijo:
-Los invasores avanzaron diecisiete kilómetros en la roca sólida, en sólo veinticuatro horas. ¿Cómo perforan a esa velocidad? ¿Cómo sacan los escombros? Quedarían atrapados si no mantienen libre el túnel. Son miles de toneladas de roca maciza, sí quisiéramos hacer eso en nuestro mundo, se necesitaría mucha maquinaria, gente y años de trabajo.
Llegó corriendo otra pequeña dama, muy parecida a Rema, luego de saludar a los tres niños, habló:
-Los conductos de salida hacia la plataforma de escape, donde espera el caballo alado, están siendo invadidos por los escorpiones y las hordas de brujos.
No esperó respuesta, se alejó corriendo sobre el pulido piso.
La arena roja había estado trazando un camino diagonal hacia la línea verde, la ruta del ascensor, la cortó y la tiño de púrpura. El pasaje para el retorno a la superficie quedó invadido por el enemigo.
Tepe, mirando la arena, agregó:
-Como habrán visto, antes de la llegada de los informes de los observadores directos, nuestra arena mágica ha actuado. El color rojo nos avisó del avance de los invasores.
Susana, Pablo y Tomás, se situaron muy juntos entre si; la hermana mayor miraba hacia los lados como buscando una salida. Los tres temblaban de miedo.
Rema intentó calmarlos:
-Tranquilos niños, ordenamos a las rocas, alrededor del túnel verde se derrumben, estamos aislados de los invasores por kilómetros de pasajes bloqueados. Las rocas se unen muy compactas, tardarán horas perforando y apartando esas piedras. Seguimos ganando tiempo.
-Hay muchas ciudades pequeñas, ocultas y aisladas, dentro de la estructura. Desde allí dirigimos nuestras defensas. Tenemos un contingente de observadores directos, en túneles tan pequeños como nuestros cuerpos, infiltrados muy cerca de las líneas invasoras. Esas galerías se cierran tras ellos, si deben huir.
Tomás, muy asustado, dijo:
-Ustedes pueden darle órdenes a las rocas, arrójenlas sobre los escorpiones.
Rema explicó:
-Lo hicimos Tomás, los escorpiones son muy fuertes y resisten toneladas de roca sobre ellos.
Susana gritó:
-¡Si en poco más de veinticuatro horas han descendido diecisiete kilómetros horadando roca sólida, entonces, entonces!
Hizo una pausa, mientras miraba el enorme dibujo en la arena y agregó:
-¡Esos escorpiones llegaran aquí en menos de tres días!
Rema tomó una mano de Susana y la guió a un flotante vehículo con forma de bote. Desde allí, a unos dos metros de altura, se podía apreciar todo el círculo de arena.
Susana vio avanzar las líneas rojas, como una maraña en movimiento, hacia los niveles inferiores. El rombo o diamante, representaba la estructura de unos setenta kilómetros de alto y ochenta de ancho. Su aspecto de joya, en el gráfico de vivos colores en la arena, no evidenciaba por completo la difícil situación.
Tomás jugaba con la arena al borde del gran círculo, había buscado tranquilidad con el juego. Pablo, Mepe y Tepe, subieron al mirador, desde allí miraban los rápidos cambios de color en las partículas arenosas.

domingo, 28 de octubre de 2007

1 al 5.- SINOPSIS: LA VENTANA DEL PISO TRECE


Un día de fecha trece, en el piso trece de un edificio de apartamentos, tres niños, Susana, Pablo y Tomás estudiaban. De súbito, el silencio inundó la habitación; a través de la ventana, el sonido del viento entró como una amenaza. Susana, la mayor dijo:
-¡No está la montaña!
Un paisaje desconocido se veía por la ventana. Estaban al nivel del suelo, como si el edificio se hubiera hundido en la tierra. Luego de intensos momentos de terror, Susana salió por la venta, exploró y al regresar, contó a sus pequeños hermanos:
-Estamos sobre alguna cosa muy alta; alrededor hay una selva, no veo casas o edificios.
Apareció un animal fantástico, enorme y amenazador, los niños por razones inexplicables, se vieron obligados a partir montados sobre él.
La escalofriante experiencia de un vuelo sobre un paisaje de locura, finalizó sobre una pirámide de cinco kilómetros de altura. Allí, Susana, Pablo y Tomás, encontraron esperándolos, en la parte superior de la superestructura, varios sorprendentes personajes.
-¡Susana, Pablo, Tomás! ¡Vengan! ¡Vengan! Los enemigos vienen.
A través de un asombroso ascensor, descendieron decenas de kilómetros bajo tierra. Al abrirse la puerta del transporte, se encontraron con otro paisaje de pesadilla. Los extraños seres los condujeron a un sitio, donde, luego de un largo período de incertidumbre, les contaron una historia aterradora y detalles del lugar donde estaban:
-Estamos dentro de una superestructura en forma de diamante, dos pirámides gigantes unidas base con base; bajo esta construcción hay una mina de un material mágico.
Luego de más detalles, continuaron:
-Llegamos a la ciudad más grande y alejada de la superficie.
-Desde hace muchos siglos, los Asoragnes, han querido apoderarse de la mina. Ahora tiene un arma mágica apocalíptica, vienen a romper las paredes de nuestra pirámide e invadirnos.
A pesar del miedo, los intrigó la petición de los habitantes de la superpirámide:
-Ustedes nos servirán para derrotar a los enemigos de la armonía y la vida.
¿Porqué ellos? ¿Cuál será la decisión de los niños, sí pueden tomarla? ¿Cómo es el arma mágica de los invasores? ¿Cómo son los Asoragnes?

jueves, 18 de octubre de 2007

4 y 5.- LA VENTANA DEL PISO TRECE



Capítulo 4. Profundidad
Desde la puerta, los tres pequeños extraños hacían señas desesperadas; parecían estar advirtiendo de un peligro inminente. Desconcertados al oír ser llamados por sus nombres, Susana, Pablo y Tomás miraron los ojos del caballo alado, lo vieron calmado, sintieron confianza y decidieron correr hacia los recién llegados.
Siguieron a los tres minúsculos seres al interior de la pequeña pirámide; ellos, sin hablar, los ayudaron a toda prisa a sentarse en unos sillones individuales con gruesos cinturones de seguridad. La puerta se cerró con suavidad, y se sintieron descender como en una vertiginosa montaña rusa.
Los niños emitieron un grito ahogado y Susana los tomó de las manos. La joven pensaba, intentando comprender la situación:
-Estamos casi flotando sobre nuestras sillas, caemos a una velocidad increíble; ¿Nos esperaban? Sabían nuestros nombres. No son niños, son adultos muy pequeños.
Largo rato después, el exótico elevador frenó su caída de manera progresiva; casi de inmediato, al detenerse, aceleró en sentido horizontal. Los niños gritaron otra vez; varias veces más se detuvo, se desplazó como un tren y bajó en línea vertical; parecía estar siguiendo gigantescos escalones. Al final, para sorpresa de los tres hermanos, ascendió y se sintieron aplastados contra los asientos.
A pesar de los sustos del trayecto, Susana, Pablo y Tomás, observaban a los tres seres. Ellos habían permanecido cruzando miradas entre sí, calmados, como si estuvieran oyendo una agradable sinfonía. Sentados en minúsculas sillas, con anchos cinturones de seguridad, eran muy similares a pequeños maniquíes; lo flexible de las caras, el color rojizo de las pieles, el pelo, ojos, boca y otros detalles, demostraban lo contrario. Sus curiosas ropas, eran parecidas a uniformes: trajes verdes de una sola pieza; uno de ellos, de sexo femenino, tenía largo pelo y pequeños zarcillos rojos.
La diminuta joven los miró y sonrió:
-Disculpen, estábamos muy concentrados, no hablamos con ustedes. Tengan paciencia, pronto llegaremos a nuestro destino.
La voz había sonado calmada, como la de una niña algo mayor.
Segundos después se detuvieron y se abrió la puerta. Los tres niños quedaron confundidos ante la vista exterior; era un sorprendente espectáculo: no había paisaje. Parecía ser de día y una tormenta de nieve apenas permitía algo de visibilidad.
Los cinturones de seguridad se soltaron de manera automática; Susana y sus dos hermanos miraban hacia fuera, luego entre sí.
Los tres pequeños uniformados hablaron casi al mismo tiempo:
-Disculpen, les debimos avisar. Todo ha venido ocurriendo demasiado rápido y no estamos acostumbrados a tanto ajetreo. Por favor, sigan nuestras instrucciones, pronto tendrán todas las explicaciones.
Se abrió una pequeña puerta corrediza; dentro de un cubículo, muchas capas y abrigos de variados tamaños relucían. Una capa de color rojo, para Susana, y dos de color naranja para Pablo y Tomás, les quedaron perfectas. Los menudos seres, vistieron capas de la misma combinación; roja para la dama y naranja para los dos pequeños caballeros.
Uno de los hombrecitos dijo:
–Estas capas con capuchas, más estas botas sobre los zapatos, los protegerán. Confíen en nosotros, estamos llegando; estaremos seguros.
La dama continuó:
-Iremos en trineo.
Salieron al exterior, una fuerte nevada los arropó. Mientras caminaban por un sendero de piedra, abierto entre la nieve, los tres niños miraban asombrados a su alrededor. El cielo estaba cubierto de niebla tormentosa y nada conocido podían distinguir. Las ropas se calentaron; con la tibieza, los niños sintieron disminuir el miedo.
A pocos pasos abordaron un trineo; cerrado y con ventanas transparentes, el vehículo era arrastrado por un animal, parecido a un camello muy peludo con anchas patas; nubes de vapor salían por sus orificios nasales. El amarillento cuadrúpedo arrastraba a gran velocidad el trineo con sus seis ocupantes; corriendo se veía feliz.
Durante largo rato rodearon altas dunas de nieve, nadie habló en el trayecto; los niños iban tomados de la mano, mirando por las ventanas desde los pequeños asientos; descendieron una colina y se detuvieron frente a una gran estructura. La parte superior del edificio, quedaba oculta por los remolinos de la tormenta. Parecía una catedral de rojizo vidrio; el trineo penetró en la nave principal, se detuvo frente a la entrada de otra galería más pequeña y todos los ocupantes bajaron.
Al salir del vehículo, los tres niños sintieron una temperatura agradable en el aire. Se retiraron las capuchas para ver mejor y después de un corto trayecto, llegaron a una magnífica sala lateral con mesas y sillas. El techo estaba a una altura descomunal, a pesar de ser bajo comparado con las galerías recorridas antes.
Susana seguía observando:
-El edificio debe tener más de cincuenta pisos de altura, y esta sala tiene un techo a más de diez metros por encima de nuestras cabezas. ¿Quiénes construirían esto?
Luego de quitarse las indumentarias de protección, los seis se sentaron alrededor de una mesa, baja y lustrosa como porcelana. Había sillas de variados tamaños, preparadas para cada uno de ellos y sobre la mesa, platos de humeante sopa.
Desde lejos, al pasar, mucha gente pequeña los miraba. Se veían ocupados dirigiéndose a lejanos sitios, les sonreían con familiaridad, desconcertando aún más a los niños; algunos les agitaban las manos a manera de saludo, ellos sonreían y saludaban imitando el gesto, con poca emoción. Todos tenían el uniforme verde brillante; las damas lucían pelo largo y zarcillos de diferentes colores.
Casi en coro, los pequeños seres sentados a la mesa, dijeron:
-Tienen muchas horas sin comer ni beber, deben recuperar fuerzas y entonces los pondremos al tanto de todo.
Con la sopa, el pan y la bebida caliente, los niños se sintieron renacer; el sabor de la comida era más agradable, si lo comparaban con los similares de su casa. Al finalizar, quedaron descansados y muy despiertos, hasta el miedo a lo desconocido se atenuó.
Tomás el menor, preguntó:
-¿Quiénes son ustedes? ¿Quién nos persigue?
Los tres diminutos uniformados se miraron entre sí y por silencioso acuerdo, habló la dama:
-Me llamo Rema y mis compañeros son Mepe y Tepe, somos los gobernadores de las tres mayores ciudades dentro de nuestra comunidad. Este es en un mundo mágico, desde el suyo se puede venir al nuestro por la ventana de un piso trece, cuando lo facilitamos.
Rema guardó silencio y Mepe continuó:
-Estamos en las afueras de una de las ciudades, la más grande y la más alejada de la superficie. El clima lo elegimos así, las otras urbes están a niveles diferentes, más arriba.
Tepe tomó la palabra:
-En nombre de todos nuestros pueblos, queremos darle las gracias por venir hasta aquí. Hicimos la conexión mágica con su piso trece el día trece, de acuerdo a las más antiguas tradiciones de nuestra magia. Ustedes podrían haberse negado no saliendo por la ventana; nos alegramos mucho por su decisión.
Los tres jovencitos oyeron con mucha atención, no se atrevieron a distraer a los interlocutores, deseaban saber mucho más.
Rema, realizando con el dedo una figura romboidal imaginaria sobre la mesa, explicó:
-Estamos dentro de una estructura en forma de diamante, dos pirámides gigantes unidas base con base; bajo esta construcción, existe la única mina de arcilla mágica de este mundo. El caballo gigante está hecho de ese material, lo llamamos Magiterra; con ella construimos casi todo a nuestro alrededor, incluyendo éstas pirámides.
-Desde hace muchos siglos, los brujos de los volcanes, Los Asoragnes, han querido apoderarse de la mina; nunca han podido entrar en la pirámide; aunque hemos tenido muchos ataques, siempre fracasaron.
Siguió Mepe:
-Tiempo atrás, los brujos de los volcanes crearon nuevas armas; nuestra magia nos avisó, aún no conocemos cómo es la nueva amenaza. Si logran entrar las hordas invasoras, destruirán las ciudades, nos esclavizarán y se apoderaran de la mina de arcilla mágica.
Tepe agregó:
-Esta vez sí están preparados para romper las paredes de nuestra pirámide, lo suponemos. Niños, nosotros no somos guerreros, somos artistas, arquitectos, sólo creamos cosas bellas. No se nos ocurre ningún arma; no sabemos, ni queremos, construir soldados o feroces bestias.
Rema tomó la palabra:
-Tomás, Pablo, Susana, tienen ustedes unas mentes privilegiadas; a pesar de ser tan jóvenes se han dedicado a sus estudios con fuerza y disciplina. Ustedes, según las predicciones de nuestra magia, nos darán la clave para derrotar a los enemigos de la armonía y la vida.

Capítulo 5. Mensajes
Un largo silencio se apoderó del comedor, los niños estaban cada vez más confusos. Sintieron como una pesadilla todo lo ocurrido, desde el momento cuando el edificio y la ciudad donde vivían desaparecieron, y se encontraron sobre una alta torre de piedra, frente a un caballo gigante.
Pablo habló con voz muy baja:
-Nosotros queremos regresar a nuestro apartamento, tampoco sabemos nada de guerras y armas. Somos estudiantes, yo deseo ser médico, Tomás quiere ser abogado y Susana ingeniero. Nuestras herramientas son estudiar y estudiar, para lograr nuestro objetivo y el de nuestros padres.
Susana puso una mano en el hombro de Pablo y abrazó a Tomás. Los tres se sentían indefensos. La muchacha agregó:
-Como dice mi hermano Pablo, no podemos hacer nada. No tenemos experiencia con la violencia, y escogimos estudiar carreras constructivas. Nuestra familia debe estar muy preocupada.
Rema se acercó, desde la misma estatura de Tomás, puso sus dos pequeñas manos sobre el brazo de Susana, y dijo:
-Esa es parte de la clave: estudiar y estudiar la situación; algo se les ocurrirá. No les pedimos otra cosa, no piensen en destruir, piensen cómo construir una solución. Ustedes nos salvarán y a su mundo también, lo dijo nuestra magia.
Rema hizo una pausa y continuó:
Las hordas enemigas están muy cerca. Este es un mundo mágico, el tiempo aquí corre en un sentido perpendicular al suyo, no en paralelo. Es como la sombra de una vara muy alta, cuando el sol está al mediodía: la vara es muy larga, la sombra muy corta. El tiempo de aquí es la vara y el tiempo en su mundo es la sombra.
-Si una hormiga sube varios metros por la vara, su sombra apenas se habrá movido unos milímetros en el suelo, sobre la sombra de la vara. Mientras aquí pueden pasar muchos días, en su mundo apenas pasan algunos minutos. Para este momento, ha transcurrido un día desde cuando llegaron a la torre, en su apartamento apenas han transcurrido unos treinta segundos.
Rema suspiró, apretó con sus pequeñas manos el brazo de Susana y continuó:
-Si los Asoragnes logran su objetivo de poseer la arcilla mágica, será el caos de nuestros mundos. Construirán bestias voladoras y se apoderarán de La Torre de la Conexión Mágica, donde nuestro caballo los recogió. En el mismo momento, penetrarán por todos los pisos trece de su mundo. Ustedes no tienen ni armas, ni magia adecuada para superarlos. Serán dominados y esclavizados, al igual nosotros.
Entró una mensajera y habló de manera pausada:
-Tal como ordenaste, los mensajes te son entregados de manera verbal. Este es el mensaje: llegaron los invasores a la base de la pirámide exterior, están perforando la pared, a nivel de la superficie del desierto; todavía no sabemos como lo hacen, es la nueva arma. Dentro de sus túneles, comenzamos a producir derrumbes de rocas.
La mensajera se despidió y corrió, salió por una puerta aparecida antes de tocar la pared con su cuerpo.
Rema agregó:
-Pedí me entregaran los mensajes hablando y en su idioma; nada les ocultaremos
Viendo las asustadas caras, sonriendo dijo:
-Aquí estamos seguros, por ahora. No se preocupen por el tiempo en su mundo; de aquí a mañana, apenas será más de un minuto. Ahora deben dormir y descansar. Necesitamos sus mentes muy claras para el amanecer, cuando les daremos mucha más información. Les gustarán sus habitaciones.
Fueron trasladados a sus residencias, en el mismo nivel del edificio. Cómodas duchas, cepillos dentales, servicio de lavado y planchado, pijamas, amplias camas. Nada faltó, todo estuvo previsto; un hotel de cinco estrellas en un mundo mágico.
Desde sus respectivas camas, los somnolientos niños continuaron el diálogo.
Pablo dijo:
-Son personas extrañas, al final terminé por creerles. ¿Qué crees de esto Susana?
La joven pensó un momento y luego, despacio, contestó:
-Siento confianza en ellos. Pero no veo sí podemos hacer algo, no se me ocurre nada. Esto es una guerra y nunca leí sobre ese tema. Esperan demasiado de nosotros.
Casi dormido, el pequeño Tomás habló:
-Susana, mañana se te ocurrirá algo, siempre te pasa igual con tus tareas de la escuela.
Pablo cerró los ojos y Susana, antes de abandonarse al sueño, dijo:
-Tomás confía por completo en mi capacidad, quisiera sentir lo mismo.

lunes, 15 de octubre de 2007

INVITACION



Estimados amigos, los invito a leer en mi otro blog, el cuento:

LUZ.


Esta es una sinopsis.

Capítulos 1 al 27

La pequeña Luz fue salvada en brazos de sus abuelos, hasta ahora nada se sabe de la suerte de sus padres, quienes quedaron combatiendo un enemigo cruel y despiadado la terrible noche de la tragedia.

Después de una desesperada carrera, perseguidos por el enemigo, los abuelos se refugiaron en un viejo cuartel al borde de la selva; allí tuvieron un terrible encuentro con Garras Prometeo, un temible ser y con un hombre misterioso.
En una sorprendente habitación, el hombre misterioso recuerda tiempos pretéritos, muchas cosas en lugar de aclararse se oscurecieron aún más. El temible ser, acompañante del hombre misterioso, tiene un pasado turbio y sangriento.
En el lejano pasado, hubo un terrible combate entre Garras Prometeo y el abominable líder de las fuerzas enemigas, perseguidoras de Luz y sus abuelos.
Un salvaje romance, con una exótica guerrera, se desarrolla en el paisaje tropical.
El tiempo pasó, la joven Luz fue preparada para una desconocida misión por dos maestros asombrosos. Debe ir sola e internarse en un país plagado de bestias, un clima impredecible y enemigos poderosos.
¿Cuál es la misión? ¿Quiénes son los enemigos? ¿Viven aún los padres de Luz, después de tanto tiempo?

sábado, 13 de octubre de 2007

3.- LA VENTANA DEL PISO TRECE



Capítulo 3. Destino misterioso
Transcurrió un largo tiempo de viaje, aparecieron en el horizonte unas irregularidades, de muchas de ellas ascendían columnas de humo. Cuando estuvieron más cerca, distinguieron cadenas de montañas volcánicas; ceniza en inmensos remolinos ascendía hacia el rojo cielo. La tierra era menos amarilla al pie de las cordilleras, tornándose rojiza con vetas negras.
La Temperatura del aire siguió fría; sin embargo, la protección contra el viento ofrecida por la erguida cabeza del caballo, más la tibieza del cuerpo, mantenía cómodos a los tres niños; aunque siguieron asustados.
Al frente se destacó una montaña, se veía tres o cuatro veces más alta comparada con el resto. Cuando estuvieron cerca, pudieron observar mejor, no era una formación natural; estaban frente a una construcción impresionante, nunca vista por algún ser humano: una artificial súper estructura en forma de pirámide asentada en el medio de una gran extensión alejada de la cordillera.
Susana gritó para hacerse oír contra el rugir del viento:
-Esa pirámide debe tener cerca de cinco kilómetros de altura. Vean como sobresale por encima de las nubes, deja insignificantes los volcanes cercanos.
Pablo agregó:
-El caballo nos lleva en esa dirección.
Tomás, abrazado a su hermana mayor, dijo:
-Da miedo mirarla.
Largo rato después pudieron ver detalles de la titánica construcción, era similar a una pirámide, con un profundo canal vertical en cada una de las cuatro caras. Tenía la forma de cinco construcciones piramidales muy juntas, apuntando hacia el cielo. Las cinco puntas estaban truncadas, siendo la del centro la más alta.
Había en la cúspide, cinco plataformas de amarillo brillante, con aspecto de roca pulida. Nubes de color chocolate, cubrían la parte superior de la pirámide. Para los niños, era visible en casi toda su extensión.
El caballo alado, después de girar varias veces, descendió en la plataforma central, ésta tenía el tamaño de un gran aeropuerto; el corcel se veía como un insecto sobre una hoja de papel amarillo.
Apenas los niños bajaron por el ala del caballo, escucharon un colosal sonido deslizante; en el centro de la gran plataforma, se abrió una compuerta y por el hueco emergió otra pirámide. Tan grande como un edificio mediano, tenía aspecto arcilloso y una superficie muy pulida. Una alta puerta triangular, la silueta de otra pirámide, se abrió en una de sus caras. Susana en silencio, evaluó la edificación:
-Es tan grande como un edificio de cuatro pisos, subió como si no tuviera peso; una gran fuerza la hizo ascender con muy poco ruido.
A través de la puerta salieron tres pequeñas figuras, Tomás, el más pequeño de los niños, podría mirarlos de frente a los ojos; su aspecto de muñecos de arcilla era desconcertante. Desde la distancia, uno de los extraños gritó con voz clara y bien pronunciada:
-“¡Susana, Pablo, Tomás! ¡Vengan! ¡Vengan! Debemos apurarnos, los enemigos vienen hacia aquí”

martes, 9 de octubre de 2007

2.- LA VENTANA DEL PISO TRECE

Capítulo 2. Imposible de creer
Los tres niños estaban paralizados; el espectáculo a través de la ventana era de pesadilla. Un caballo gigantesco se erguía a pocos metros de la habitación, tenía el aspecto de estar moldeado en arcilla roja y lucía alas de amarillo transparente como el cristal. El animal se movía con soltura y sus ojos de vidrio los miraban con insistencia; parecía esperar algo.
Tomás, el más pequeño, dijo:
-¿Qué quiere?
Pablo abrazó a su hermano y aventuró:
-Nos llama, mira como retrocede y levanta la cabeza. No es agresivo, está un poco asustado.
Susana intentaba llamar por teléfono, fue inútil, entonces dijo:
-¡No salgan! Esperemos aquí dentro, ese caballo es muy grande; podría ser peligroso
Preocupada miró a su alrededor y pensó:
-Se está haciendo oscuro aquí dentro. La luz eléctrica está fallando..
Tomás observó:
-Desea ayudarnos. Si quisiera hacernos daño, podría aplastar nuestro cuarto, tiene cascos muy grandes.
Susana y Pablo se sintieron inseguros en la habitación, estaba muy oscura y fría. Sin hablar, luego de mirarse un momento, comenzaron a emerger por la ventana, transportando a su pequeño hermano Tomás.
Una vez fuera quedaron convencidos de la intención del caballo: los esperaba. La grama estaba hundida por los colosales cascos, los tres niños podrían caber en sólo una de las huellas; dieron cortos pasos hacia el corcel, éste bajó la cabeza y se arrodilló en las patas delanteras, luego extendió una de sus formidables alas de vidrio, hasta tocar el suelo; los niños entendieron la invitación a usarla como escalera hasta su lomo.
Subieron despacio, sin quitar la vista sobre los ojos del caballo, el cual seguía mirándolos con tranquilidad. Al sentarse en el amplio lomo, sintieron la tibieza del gran cuerpo, como si hubiera salido hace poco del horno de un alfarero. Los movimientos del animal no agrietaban su piel, la especie de rojiza cerámica era muy flexible. El grueso pelo y crines, respondían al tacto casi como reales; pero no engañaban, el material era algo muy parecido a la arcilla horneada.
Apenas se sentaron, el caballo extendió las alas y despegó del suelo; flotó, como un globo de feria. Sin ningún esfuerzo, con apenas un fácil movimiento, ganó altura y dio un completo giro alrededor del sitio donde quedó el cuarto de los niños. Desde lo alto, pudieron ver detalles de la enigmática torre, la cual, con aspecto de cilindro perfecto, de dorada roca, se erguía muy por encima de de la selva.
Susana, acostumbrada a hacer cálculos mentales, dedujo:
-No parece natural, debe tener más de quinientos metros de altura. Es demasiado simétrica y lisa, se podría confundir con un rascacielos.
Fue ahora cuando repararon en el sol, más bien una luna gigantesca y borrosa. Su color se confundía con el cielo.
Susana miró hacia atrás, la torre dónde yacía la habitación, parecía una larga estaca amarilla, clavada en una planicie de selvas y sinuosos ríos. Los lejanos cerros, estaban azulosos por la distancia; al lado opuesto del horizonte, un paisaje los asombró por lo diferente en aspecto: era un pedregoso e infinito desierto. El corcel volador y los niños, parecían estar en la frontera entre dos geografías sin relación. El caballo, luego de completar un amplio giro, voló hacia el desierto.
Volaban muy rápido, adentrándose sobre la plana inmensidad; la cabeza del animal los protegía de la fuerza del viento. Cada vez estaban más arriba y continuaban ascendiendo; los detalles del terreno en el desierto eran menos visibles. Susana se dijo:
-Esto parece un avión; estamos a kilómetros de altura. Es extraño, la atmósfera aún tiene mucho oxígeno, no sentimos falta de respiración ni el corazón acelerado. El caballo se mueve casi sin mover las alas y no tenemos sacudones de aletazos, sin cinturones de seguridad nos caeríamos.

1.- LA VENTANA DEL PISO TRECE


Capítulo 1. Silencio
Un día de fecha trece, estaban los niños Pablo y Tomás haciendo sus tareas escolares, Susana la hermana mayor ayudaba. Al anochecer regresarían los padres de los tres niños, desde sus respectivos trabajos.
Hacía poco tiempo esta familia se había mudado al piso trece del edificio, la ventana de la habitación de los dos varones tiene vista hacia la montaña. Algunos familiares, los más supersticiosos, se sintieron preocupados por el número trece de la nueva dirección. Ninguno de los recién mudados, Susana, Pablo, Tomás y los padres, le atribuían alguna significación especial al número trece, para ellos no era, ni bueno, ni malo.
Ese día, los estudiantes habían estado muy concentrados en sus estudios, no percibieron el momento cuando los conocidos ruidos de la ciudad: automóviles, voces lejanas y sirenas, cambiaron; desaparecieron. Un silencio perturbador inundó la habitación; a través de la ventana, el sonido de un viento fuerte y estable entraba como una amenaza.
Quien primero reaccionó fue Susana, la hija mayor:
-¿Qué pasó? No se oye nada.
La jovencita se levantó del escritorio; sus dos pequeños hermanos la siguieron, también intrigados por el cambio de ambiente. Cuando miraron por la ventana hacia el norte de la ciudad, quedaron sin habla.
Tomás, el más pequeño de los niños dijo:
-¡No está la montaña! ¡Miren estamos en el suelo, no es un piso trece! ¿Por qué?
Nadie le contestó, un momento después, Pablo el otro varón, agregó en un murmullo:
-Cuando regresen Mamá y Papá, no lo van a creer.
Susana reaccionó, intentó abrir la puerta del cuarto y no pudo, estaba dura como si formara parte de la pared. Desconcertada y asustada, regresó junto a sus pequeños hermanos y siguió mirando.
A través de la ventana, los tres niños tenían un paisaje desconocido, inquietante. Estaban al nivel del suelo, como si el edificio se hubiera hundido en la tierra; se asomaron con mucho temor, todo lo conocido había desaparecido: edificios, avenidas, cerros; hasta el cielo había cambiado y el único sonido era el del viento. El cielo era azul pálido, sin nubes; la tierra cercana se veía plana, cubierta de verde hierba; había la luminosidad de un atardecer y azulosas montañas a lo lejos. Susana acercó una silla y con precaución salió de la habitación; el nivel del suelo exterior estaba casi al mismo de la ventana. En voz baja dijo:
-Pablo, Tomás, no salgan. Espérenme, voy a ver dónde estamos.
Avanzó, pegada a la pared, y se dispuso a rodear la construcción; un rato después regresó, dijo a punto de llorar:
-Estamos medio enterrados en el suelo de alguna parte.
La joven le había dado la vuelta a la caja donde estaban encerrados, no había puerta, la única abertura en la pared exterior era la ventana por donde ella había salido. La superficie externa de la habitación lucía como barro amasado, similar a esas viejas casas en las antiguas carreteras del país.
Susana siguió explicando, desde fuera de la ventana:
-Estamos en la parte superior de alguna cosa muy alta; alrededor hay muchos cerros, montañas y ríos; no veo casas o edificios, debemos estar muy alto por encima de una gran selva.
Susana entró por la ventana, con el corazón acelerado, miró a todos lados y dijo:
-Encendamos la luz, está oscuro aquí dentro.
Cuando las luces de la habitación encendieron, algo opacas, Susana, buena estudiante de materias científicas, reaccionó y se preguntó:
-Hay electricidad. ¿Si no hay cables afuera, por dónde llega? Por dentro la habitación parece la misma, desde fuera se ve fabricada con un material extraño. No es la misma construcción donde vivíamos.
Por sorpresa, un sonido les sobresaltó, se abrazaron unos a otros; el retumbar era tan fuerte como los producidos en las modernas salas de teatro. Un cuadro cayó de la pared, un florero se volcó y el agua se derramó sobre un gabinete. Muchos libros rodaron por el suelo. El ruido se repitió, menos estridente, y más cercano a ellos.
Entonces la tierra comenzó a temblar, al recibir el impacto de objetos muy pesados.

domingo, 30 de septiembre de 2007

9.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 9
Mirando los objetos mágicos, los libros, el pequeño Tetero dijo muchas veces:
-¡Dios mío, qué maravilla! ¡Con los libros puedo aprender de todo! ¡Puedo conocer el mundo!

8.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 8
La guacamaya dijo:
-Mira a tu alrededor Tetero, aquí están esas cosas mágicas.

7.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO



Capítulo 7

La guacamaya pensó y le dijo:
-En tu casa hay unas cosas mágicas, ellas te mostraran el mundo. Vamos a entrar y las encontrarás.

sábado, 29 de septiembre de 2007

LUZ EN WARDAJAN. SINOPSIS DEL 1 AL 11.



Los invito a leer en mi otro blog WARDJAN el cuento LUZ. aquí


La pequeña Luz, durante la aterradora noche cuando sus padres quedaron atrás combatiendo contra inesperados enemigos, fue salvada en brazos de sus abuelos. Nada se sabe de la suerte de los padres de Luz. Los ancianos logran cruzar el inmenso río plagado de pirañas y caimanes, lo hicieron como polizones en un barco lleno de peligrosos personajes.
Después de una desesperada carrera, perseguidos muy de cerca por el enemigo, los abuelos se refugiaron en un viejo cuartel al borde de la selva y frente a la llanura. Allí escondidos, Luz y sus abuelos tuvieron un terrible encuentro con un temible ser y con un hombre misterioso.
Mientras Luz y los abuelos están refugiados en el viejo cuartel, en una sorprendente habitación el hombre misterioso recuerda el pasado, muchas cosas en lugar de aclararse, se oscurecen aún más. El temible ser, acompañante del hombre misterioso, tiene un pasado turbio y sangriento; más enigmas se avecinan.

domingo, 23 de septiembre de 2007

6.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 6
Cuando volvieron a tierra, el pequeño Tetero se sintió triste y dijo:
-Soy muy pequeño, no puedo conocer el mundo.

jueves, 20 de septiembre de 2007

5.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 5
Mientras lo lleva sobre su espalda, la guacamaya le dijo a Tetero:
-Esto es sólo una parte del mundo, hay mucho más.
Tetero pensaba:
-El mundo es muy grande.

martes, 18 de septiembre de 2007

4.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 4
Una guacamaya con grandes alas, se acercó y le dijo:
-Desde lo alto se ve mejor.

domingo, 16 de septiembre de 2007

3.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 3
-¡Dios mío, que bonito es el mundo!
Desde la ventana Tetero contemplaba el paisaje.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Invitacion al nuevo cuento en Wardjan


Estimados amigos:
Los invito a leer el cuento LUZ, el cual inicié su publicación el 12 de Septiembre en mi otro blog WARDJAN.

domingo, 9 de septiembre de 2007

2.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 2
-Quiero conocer el mundo- dijo el pequeño Tetero.

sábado, 8 de septiembre de 2007

1.- EL PEQUEÑO TETERO DESPERTO


Capítulo 1
El niño se quedó dormido y el pequeño Tetero despertó.

martes, 31 de julio de 2007

7.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 7.
El dibujo quedó terminado. Pedro recogió todo, ordenó y guardó. Puso a sus mascotas Tortle y Pericuño en la caja y en la jaula; antes de dormirse dijo:
-Mañana dibujaré a Positiva.- y apagó la luz de su cuarto.

viernes, 27 de julio de 2007

6.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 6.
Negativo miró los aparatos eléctricos de la casa: la nevera, la cocina y todo lo demás; sonreía, estaba escogiendo el siguiente para dañarlo. Entonces ocurrió algo asombroso.
Hubo un resplandor y apareció alguien, casi del mismo tamaño de Negativo. Era una joven y habló con voz muy clara:
-Soy Positiva, la duende protectora de los aparatos eléctricos.
Positiva miró a Negativo, levantó una varita mágica y dijo:
-Plin.
Negativo desapareció.
Positiva habló con los tres amigos:
-Negativo no volverá, estaré cerca, pronto regresaré de visita. Adiós.
Ocurrió otro resplandor y Positiva desapareció.

domingo, 22 de julio de 2007

5.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 5.
De pie en el suelo, el extraño que salió del bombillo hizo señas a Pedro y comenzó a hablar; el niño se acercó para oír. Tortle y Pericuño, aunque tenían miedo, no dejaron solo a Pedro.
-Mi nombre es Negativo, me gusta dañar aparatos eléctricos; me divierto entrando a las casas para hacer fallar las cosas.
Pedro, preguntó.
-¿Para qué haces eso?
-Para divertirme- contestó el duende.
Pedro continuó.
-Estás destruyendo, no estás creando cosas buenas.
Negativo cerró los puños, golpeó el piso con una de sus pies y con voz parecida a un chispazo gritó:
-¡No importa, así todos saben que soy el más poderoso!
Pedro, Tortle y Pericuño, no sabían qué hacer.

miércoles, 18 de julio de 2007

4.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 4.
Una figura borrosa apareció dentro del bombillo. Era un ser extraño, se agarraba a las partes internas del bombillo y mordía el filamento con unos dientes afilados como los de un tiburón. Por un momento se detuvo, miró a través del vidrio a los tres amigos; sonrió, caminó a saltos y pasó por el vidrio como lo hace un fantasma por una pared. Desde el borde de la mesa saltó al suelo.
Pedro, Tortle y Pericuño retrocedieron.

domingo, 15 de julio de 2007

3.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 3.
El papá de Pedro cambió el bombillo de la sala, advirtió al niño de no tocarlo porque estaba caliente; con un paño grueso lo colocó sobre la mesa. Pedro preguntó:
-¿Papá, porqué se quemó el bombillo?
-Ese bombillo era casi nuevo Pedro, duró poco; los bombillos se queman cuando se han usado mucho. Muchas cosas se dañan por el uso y por el tiempo; éste nos dio una sorpresa- El papá recibió un beso de agradecimiento de Pedro y fue a su cuarto a leer un libro.
Tortle no quiso acercarse al bombillo y Pericuño miraba, listo a salir volando si pasaba algo.
Sin tocarlo, los tres amigos tenían los ojos fijos en la burbuja de vidrio; Pedro pensaba:
-Era nuevo y se quemó. ¿Qué raro?
El primero en notar algo extraño fue Tortle, escondió un poco la cabeza; Pericuño retrocedió un paso y siguió mirando. Pedro dijo:
-Algo se mueve dentro del bombillo. ¿Será peligroso?

jueves, 12 de julio de 2007

2.- EL MISTERIO DEL BOMBILLO


Capítulo 2.
Con los dedos mojados de pintura, Pedro estaba empezando a rellenar de color un paisaje marino; los tres amigos oyeron un sonido extraño y la luz se apagó. La sala quedó oscura como la pintura negra. Tortle y Pericuño saltaron asustados, se acercaron a Pedro. El niño no sabía qué pasó, no se movió y dijo, fingiendo que estaba calmado:
-Papá, Mamá; no veo nada.

miércoles, 11 de julio de 2007

1.-EL MISTERIO DEL BOMBILLO



Capítulo I.
Sin imaginar lo que está a punto de ocurrir, los tres amigos están jugando en la sala de la casa, ellos son Pedro, Pericuño y Tortle. Pedro pinta, los otros lo observan. El niño usa los dedos para dibujar y rellenar las figuras; la luz de la sala es muy buena, el papá de Pedro le gusta tener buena iluminación; así, todos pueden leer y dibujar mejor.
Las mascotas del niño están inquietas, Pedro varias veces les pidió que prestaran atención; con cariño dijo:
-Si no ven lo que hago, nunca aprenderán. ¿Qué hacen mirando para todos lados?

sábado, 30 de junio de 2007

7.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo VII. Despedida.
Varios días después, Despeinado vio venir por los aires al genio Aril; llegó cabalgando sobre una hoja seca.
-Adiós Despeinado, me voy a lo profundo de la cordillera, a encontrarme con antiguos amigos. Volveré a El Ávila, a conocer la familia de tus sueños.
Despeinado lo acompañó un largo trecho; lo vio perderse en la distancia y regresó a su nido. Había pensado un nuevo proyecto y hoy comenzará a convertir esos planes en acciones. Cantó con alegría:
-Menos palabras y más resultados.

martes, 26 de junio de 2007

6.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo VI. Convirtiendo ideas en acciones.
Despeinado no nota el paso del tiempo; ha estado mostrándole al genio los mejores materiales para la construcción de un nido, le ha enseñado cuál sería el mejor sitio en la montaña, cómo hacer nudos, amasar barro, tejer sobre las pelotas de lodo, convertirlas en bloques sólidos, duros como piedras; perfectas barreras contra el frío y el viento.
El genio aprendió a construir su propio nido, pues cada vez que Aril puso algo en duda, el pájaro hizo más y más demostraciones. Aril no intentó meter las manos en el trabajo, Despeinado quiso hacerlo todo a su manera
Un día, Despeinado llegó con otra pequeña fibra de musgo para el interior del nido, no supo donde ponerla, descubrió que esta fibra sobra. El interior de la obra luce perfecto, una fibra más dañaría la idea que él tiene de la belleza de un nido y entonces con brillantes ojos de emoción dijo:
-Aril, esto es lo que te he querido decir desde el principio, así debería ser el nido de mis sueños. ¡Como ése!
Aril contestó:
-Despeinado, ése es tu sueño convertido en realidad. Has estado trabajando, sin ayuda de nadie, en cada uno de los pequeños pasos para completar tu gran proyecto.
-Nadie podía ayudarte, sólo tú sabes la forma de tu sueño. Has sido inteligente, cuando algo no salió como querías, aceptaste sugerencias y comenzaste de nuevo; el trabajo es tuyo por completo. Sin darte cuenta lograste tu objetivo, sólo te ocupaste de finalizar el pequeño paso de cada momento, sin pensar en lo mucho o poco que faltaba, y sin quejarte por lo duro del trabajo.
- Lo más importante de todo es: ahora sabes que podrías volver ha hacerlo si fuera necesario. Algunas veces nuestros sueños se derrumban, sólo nosotros mismos podemos rehacerlos, tal vez con diferente forma, en diferente tiempo y lugar, entonces mayor satisfacción tendrás: un nuevo sueño, una nueva realidad para lograr.

domingo, 24 de junio de 2007

5.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo V. Sugerencias de un genio.
Está cayendo el sol, el mar de luces en la ciudad es una galaxia mágica, la luz del ocaso parece fuego. Despeinado comió semillas durante la tarde, mientras el genio vigilaba los cielos y ahora está abrigado entre las hojas de la copa de un gran árbol; continúa hablando y hablando sobre las maravillas del nido que algún día tendrá; cada vez que contaba su sueño, le agregaba más detalles: cómo deberían ser los nudos de su nido ideal, el tejido, el árbol, el tipo de musgo para acolchar el interior de su fantasía; describió la vista hacia ambos lados de la montaña de El Ávila, la agradable temperatura dentro del nido en las noches frías de la montaña, la seguridad contra toda clase de enemigos. Se atrevió a describir la familia que formaría, en el nido perfecto, algún día, algún día en el futuro.
El genio de la selva mantuvo encendida una luz en la palma de la mano; Despeinado comenzó a repetir la charla, Aril lo interrumpió y dijo:
-Despeinado, te sugiero dormir, mañana necesitarás toda tú energía. Muy temprano me mostrarás esos sitios donde has visto los materiales para construir un nido: fibras, musgo, barro, ramas secas. También me gustaría ver algún sitio donde sería ideal construirlo. Buenas noches y dulces sueños.
Aril apagó la luz, se quedo mirando hacia las parpadeantes luces de la ciudad al fondo del valle y murmuró en voz muy baja:
-Caracas, pueblo mágico. Ahora es una gran ciudad, pero mi misión no ha cambiado.

lunes, 18 de junio de 2007

4.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo IV. Nuevos amigos.
Despeinado estaba escondido debajo de las matas al borde del claro; allí lo encontró el hombre de capa verde. Se acercó al pequeño pájaro y le contó su propia historia.
-Soy el genio Aril, un genio de la selva. Una bruja del antiguo pueblo, que ahora es la ciudad que ves allá abajo llamada Caracas, me encerró en una botella mágica porque no la ayudé en sus maldades; los duendes podían salvarme, nunca me encontraron. Gracias por liberarme, ahora podré continuar mi misión en esta montaña. Dime, ¿cómo te llamas y dónde está tu nido?
Respirando con agitación, el pájaro le contestó:
-Mi nombre es Despeinado, mira, las plumas de mi cabeza nunca se ponen en orden; no sabía de personas tan pequeñas, las que vienen a pasear por la montaña son muy grandes, algunas me lanzan comida y otras me lanzan piedras; la mayoría me miran y sonríen. No tengo nido, un gran derrumbe se llevó la colina con los árboles, mi familia y mis amigos; algún día tendré el nido más cómodo, fuerte y hermoso de todo el mundo. Estará en un árbol inmenso y sólido, en lo alto de la montaña, desde allí tendré la más bella vista de la ciudad y del mar. Además, te aseguro que algún día...
Sonriendo, el genio Aril dijo:
-Disculpa la interrupción Despeinado, vamos a buscar semillas y agua, luego un refugio seguro; allí me seguirás hablando de tu hermoso sueño.

viernes, 15 de junio de 2007

3.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo III. El gran susto.
Desde el otro lado de la ladera, el hombre dio un increíble salto, pasó por encima de Despeinado, que apenas empezaba a tocar el suelo con su pecho, y lanzó una esfera, de fuego blanco verdoso, contra la cara de la gran ave; en su otra mano una nueva llama se estaba formando.
El ave rapaz quedó casi cegada por el brillo de la luz, desvió el vuelo hacia lo alto y se perdió en las nubes. El hombre la siguió con la mirada y luego comenzó a buscar al pájaro que lo salvó de su prisión.

miércoles, 13 de junio de 2007

2.- UN GENIO EN EL AVILA


Capítulo II. Encuentro.
Despeinado descendió sobre el objeto deslumbrante: es una botella de vidrio color violeta claro, está medio enterrada en el declive de la montaña. Las fuertes lluvias de los últimos días despejaron de árboles la ladera, y desenterraron cosas que tenían muchos años ocultas.
Aunque la botella está sucia de tierra, Despeinado puede ver hacia adentro. Brilla, es como la luz de una gran estrella, en el interior algo se mueve y se acerca a Despeinado. El pequeño pájaro distinguió una figura que le hace señas: es un hombre apenas más grande que él, está vestido de verde, con capa, guantes y botas; todo hecho con materiales vegetales, hojas y fibras.
El extraño hace señas a Despeinado, le muestra el viejo corcho y le indica que lo destruya. El pequeño pájaro mira hacia el cielo, buscando el vuelo de las aves cazadoras; siente que la botella se estremece un poco, está a punto de caer al fondo de la ladera, donde hay un inmenso torrente de agua con barro, rocas y árboles caídos. Si cae allí, quedará enterrada por muchos años más.
Despeinado picotea el corcho, al mismo tiempo da rápidas miradas al cielo y a los alrededores. El pequeño prisionero lo mira a través del vidrio, tiene mucha preocupación; luce dos antenas en la frente y es calvo, además se le ven muchas arrugas que muestran lo viejo que es.
Cuando salió el último fragmento de corcho, Despeinado saltó a un lado del declive. La botella comenzó a caer, moviéndose muy rápido el hombre logró salir y con un prodigioso salto se agarró a un gran trozo de tierra. La botella cayó un gran trecho, rebotando varias veces sobre la ladera, al final se sumergió en las profundidades del torrente y desapareció de la vista.
Despeinado estaba tan atento a lo que podía pasarle al hombre, que no vio la inmensa ave rapaz. Ella había venido volando casi pegada a la tierra, acercándose muy rápido al pájaro verde, visto desde las nubes; la feroz ave lanzó un chillido paralizador cuando apareció desde atrás de la colina, y como un rayo se lanzó en línea recta hacia su presa. Despeinado reaccionó, se dejó caer para esquivar las garras, se dio cuenta que estaba perdido, el ave lo tenía acorralado contra el suelo y no podría escapar.

sábado, 9 de junio de 2007

1.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo I. Despeinado.
Amaneció en la montaña de El Ávila, fue una noche fría, el año está terminando. Despeinado es el nombre del pequeño pájaro verde, él está escondido en la copa de uno de los más altos árboles; las aves cazadoras vuelan en el cielo y se esconden entre las nubes.
Un rayo de luz da en la cara de Despeinado, algo brilla a lo lejos en un pequeño claro del bosque; él mueve la cabeza de un lado a otro, parece como si el reflejo del sol, en ese objeto distante, lo persiguiera.
El punto brillante insiste en caer sobre los ojos de Despeinado, y la curiosidad se le despierta. Con mucha precaución mira hacia lo alto, no ve peligro y veloz como un rayo se lanza hacia el claro en el bosque.

viernes, 8 de junio de 2007

8.- VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 8
Lo que siguió fue una carrera de alta velocidad. Oc inició el camino de regreso a la superficie. Volaron sobre la semilla de casi-árbol. El niño gigante Oc, recorrió las escaleras y los túneles como una flecha. Al final levantó su mano con Juan en ella y la tierra se abrió como gelatina; Juan salió corriendo sendero arriba hasta alcanzar a sus padres que ya comenzaban a detenerse.
La mamá del niño le explicó cuando llegó hasta ella:
-No te quedes atrás Juan. Vamos a llegar a un mirador, cuando veas el paisaje te vas a quedar maravillado.
Juan sonrió, pensó en su próxima visita al interior de la maravillosa montaña de El Ávila.

jueves, 7 de junio de 2007

7.- VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 7
Todo ocurrió muy rápido, Juan tenía la respiración muy agitada por la cantidad de maravillas que estaba presenciando.
Antes que la semilla voladora aterrizara por completo en la enorme terraza, Oc saltó a la azotea llevando al niño en la palma de su mano; corrió cada vez más rápido hasta el interior de una sala tan amplia como un aeropuerto.
Entonces el niño comprendió algo que lo dejó sin respiración, y gritó:
-¡Oc, tú eres un niño! ¡Casi un bebé! Mira el tamaño de tus padres. Son tan grandes como árboles enormes!
Oc, muy contento, le presentó sus padres y Juan les dio la mano a cada uno, o mejor dicho: le tocó la punta de la uña del dedo a cada uno.
El padre de Oc declaró solemnemente:
-Gracias Juan por ayudar a nuestro niño en su formación, tenía que salir por primera vez a la superficie y hacer un amigo. De ahora en adelante eres su mejor compañero del lado de arriba.
Hablaron un poco más, entonces la madre de Oc se tocó una oreja y dijo:
-Debes regresar, oigo que tus padres están caminando más despacio para esperarte en el sendero. Nos volveremos a ver en el futuro. Adiós Juan y muchas gracias.

miércoles, 6 de junio de 2007

6.- VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 6
-No te preocupes Juan- lo calmó Oc -Ahí viene nuestro transporte, es mucho más rápido de lo que puedas imaginar. Y es muy seguro, no te asustes.
Al principio Juan pensó que una pequeña avioneta venia desde lo lejos, luego al ver mejor creyó que era un gran pájaro, después que era un animal raro que no conocía.
El extraño objeto volador, parecía una ostra con alas. Se detuvo en el aire, frente al saliente de piedra y Oc caminó, llevando a Juan, por una de sus alas hasta el centro redondo y plano. El objeto se separó del saliente y se lanzó por el espacio en dirección a las profundidades de la caverna.
Mientras la velocidad aumentaba y el pelo de Juan lo azotaba el viento, Oc gritó para hacerse oír:
-No es un animal, Juan, es un bebé de casi-árbol, vino de las cavernas profundas bajo el mar; es una semilla voladora. Cuando llegó junto con otras miles, mi abuelo era un joven y la entrenó para viajes cortos de alta velocidad. Me lleva y trae todos los días y me cuida, ahora soy su mejor amigo. Dentro de muchos años, tendrá que regresar bajo el mar Caribe, se convertirá en un casi-árbol; eso lo verán mis nietos.
Bajo ellos, el paisaje pasaba muy rápido; Juan pensó que así vería la tierra un gavilán, cuando viaja al máximo de su velocidad, cazando sus presas. Disfrutaba el paseo, al mismo tiempo veía como se alejaban más y más de la entrada por donde llegaron.
No pudo distinguir la repisa de roca de la cual partieron, al mirar al frente ya estaban aterrizando en una azotea tan grande como un campo de fútbol, tallada en una de las columnas de roca que sostienen el techo de la caverna bajo El Ávila.
El niño, algo preocupado, pensó:
-Yo solo no puedo regresar desde aquí, hasta donde quedaron mis padres. ¿Qué hago?

lunes, 4 de junio de 2007

5.- VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 5
Juan estaba frente al precipicio más alto que había visto en toda su vida; Oc se había detenido al final de una vieja escalera de piedra.
Sus ojos se habían acostumbrado a la iluminación de la nariz de Oc, pero aquí quedó deslumbrado porque sobre todo el techo de la inmensa caverna que tenía enfrente, había unas hermosas flores moradas y de sus centros brotaba una luz blanca tan fuerte que toda la parte baja de la cueva se podía ver.
Oc vio tan maravillado a Juan que no habló y el niño se dedicó a mirar con atención todo lo que tenía arriba, al frente y bajo el final de la escalera.
Gruesas columnas de roca sostenían el techo, se podía ver tan lejos que a Juan le parecía que allí cabría toda la ciudad de Caracas. Desde las alturas, una cascada caía, retorciéndose como el chorro de agua de un lavaplatos gigante, y muy abajo lo recibía un lago donde se veían barcos navegando en la distancia. Un faro con una luz de guía estaba en una de las orillas.
Muchas de las columnas que sostenían el techo tenían excavadas ventanas y repisas. Cuando Juan bajó la mirada, mas sorprendido quedó; se veían bosques de hongos enormes y entre ellos caminaban gigantes color naranja como hormigas en un jardín.
Entonces Oc habló en voz baja para no interrumpir la concentración del niño:
–De noche se apagan las flores, encendemos antorchas y chimeneas en las habitaciones porque hace mucho frío. Allá al final del lago en la torre más gruesa está mi casa. Vivimos en el nivel mas alto. Nos gusta ver el paisaje y los barcos que vienen subiendo el río desde las cavernas profundas que quedan bajo el mar Caribe.
Desde la palma de la mano de Oc, Juan le preguntó:
-¿No es demasiado lejos? Tengo que regresar con mis padres.

sábado, 2 de junio de 2007

4.- VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 4
A medida que el hueco de entrada se iba cerrando, bajo tierra todo se fue haciendo muy oscuro; entonces apareció una luz blanca y suave, la nariz de Oc brillaba, servía como linterna dentro de los largos y profundos túneles. El gigante comenzó a correr tan rápido como un caballo, el ruido de sus pasos hizo retumbar las paredes. El aire era fresco y limpio, Juan sintió una brisa en la cara; y por sorpresa algo increíble apareció frente a él.

jueves, 31 de mayo de 2007

3.-VIAJE AL INTERIOR DE EL ÁVILA


Capítulo 3
El gigante dijo:
-Disculpa por los puntos morados, me salen cuando estoy asustado; poco a poco se me quitarán. Mi nombre es Oc y es la primera vez que salgo a la montaña El Ávila. Vivo en la ciudad de la gran caverna, es muy bonita.
Al principio Oc habló muy rápido, luego se fue calmando y continuó.
-Te invito a conocer mi casa y mi familia. ¿Cómo te llamas?
Juan contestó y le ofreció una de sus galletas, después dijo:
-Muy bien Oc, tengo tiempo, hoy es domingo; mis padres y yo vinimos a pasear, ellos están más adelante, luego los alcanzo. ¿Es cerca tu casa?
-No mucho Juan, iremos lo más rápido posible.
Juan sacó una galleta y se la ofreció a Oc.
Oc puso una de sus manos en el suelo para que Juan subiera y juntos saltaron al hueco en la tierra, un momento después no había ninguna huella en la superficie. Sonando como gelatina en movimiento, el gran agujero se selló. Juan y el gigante habían desaparecido de la superficie.

lunes, 28 de mayo de 2007

2.- VIAJE AL INTERIOR DE EL AVILA


Capítulo 2
Salió un gigante con orejas moradas que parecían esponjas; tenía dientes como de conejo. Estaba muy nervioso y sobre su cuerpo color naranja, unos puntos morados comenzaron a crecer.

sábado, 26 de mayo de 2007

1.- VIAJE AL INTERIOR DE EL AVILA


Capítulo 1
Juan caminaba por un sendero en la montaña de El Ávila. Oyó un ruido como de sopa espesa en movimiento y en el suelo se formó un promontorio por el que salió algo como una raíz retorcida de color naranja. La tierra se abrió.

viernes, 18 de mayo de 2007

PREOCUPACION EN EL ARROYO


-¡Son gigantes!
La princesa está espantada; su padre, el cacique de una de las tribus de Duendes Pequeños, dice en voz baja:
-Silencio, pueden descubrirnos. Debemos alejarnos más profundo en la montaña.
Sin apartar la vista del grupo de excursionistas que acampaban, ella siguió preguntando:
-¿Qué son estas cosas que dejan?
-Es su basura. Tenemos que irnos.
-¿Pero porqué. Tal vez se lleven todo.
-No lo harán, perdónalos, no saben lo que hacen.