viernes, 15 de junio de 2007

3.- UN GENIO EN EL ÁVILA


Capítulo III. El gran susto.
Desde el otro lado de la ladera, el hombre dio un increíble salto, pasó por encima de Despeinado, que apenas empezaba a tocar el suelo con su pecho, y lanzó una esfera, de fuego blanco verdoso, contra la cara de la gran ave; en su otra mano una nueva llama se estaba formando.
El ave rapaz quedó casi cegada por el brillo de la luz, desvió el vuelo hacia lo alto y se perdió en las nubes. El hombre la siguió con la mirada y luego comenzó a buscar al pájaro que lo salvó de su prisión.

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