lunes, 29 de junio de 2009

1.-Viaje al multiverso: El niño y la botella.


A los siete meses Alexander tenía muchos juguetes, aunque él prefería las botellas de plástico vacías. El pequeño niño miraba los envases como si pudiera ver algo que nadie más podía distinguir.
Todo objeto vacío le llamaba la atención, recipientes del mercado, gavetas desocupadas, bolsas de papel y lo más llamativo para él, por supuesto: las botellas vacías.
Cuando tenía una a su alcance, la sacudía contra el suelo, la arrojaba lejos, y la seguía muy alegre, gateando por debajo de los muebles del comedor. Otras veces permanecía quieto, observándola, como si estuviera oyendo una música maravillosa, entonces, arrugando su pequeña frente, canturreaba muy concentrado.
Alexander creció y parecía haber olvidado esa curiosa costumbre, pero el día que cumplió cuatro años, cuando se fueron los pequeños amigos, quedó solo ante los regalos. Tenía juguetes nuevos, pero quería algo mejor, fue a la cocina y tomó una botella de plástico vacía, —sus padres ordenaban los utensilios y no lo vieron—, la llevó hasta su cuarto y golpeó el suelo cuatro veces con ella, fue casualidad, un golpe por cada uno de sus años de edad. Entonces la soltó y la miró por un largo instante.
Ocurrió algo maravilloso.

viernes, 12 de junio de 2009

La verdadera cara de LUZ

¡Al fin la verdadera cara de Luz!

Puedes ver las verdaderas escenas de lo acontecido hasta ahora aquí: ver escenas.