miércoles, 5 de agosto de 2009

5.- El barco dorado


Después de haber ascendido durante largo rato, vieron algo. Cuando estuvieron cerca, el alce Guía señaló con su dedo el enorme objeto.
— ¡Un barco!—se adelantó a gritar el pequeño Alexander.
—Sí, es un barco, y vamos hacia él, su nombre es Kraftig—dijo el alce.
— ¿Kraftig?, no tiene velas—observó el niño, quien había visto muchos navíos en su corta vida.
—No las necesita, es mágico, lo gobernaremos con nuestro pensamiento y nos llevará mucho más rápido hasta otra parte que también te gustará.

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