miércoles, 4 de agosto de 2010

ULSEN EL PEQUEÑO DRAGÖN

En el camino hacia su casa el niño encontró un pequeño animal que antes no había visto. Estaba escondido sobre la hojarasca, asomado desde el interior de un zapato viejo abandonado.
El niño sacó un cuaderno para dibujarlo.
—No te muevas —dijo, mientras realizaba con rapidez los primeros trazos.
— ¿Quieres que sonría? —oyó decir a una voz suave y ronca.
— ¿Una lagartija que habla? —casi gritó sorprendido.
— ¿Qué tiene de extraño? Tú también hablas. Y no soy una lagartija, soy un dragón.
El niño se recuperó de la sorpresa y se acercó algo más.
—Hablo porque soy un niño. Tú eres un animal y los animales no hablan. ¿En verdad eres un dragón?
— Sí. Un dragón pequeño que habla.
— ¿Cómo te llamas?
—Me llamo Ulsen.
— ¿Ulsen? No parece nombre de dragón, dan ganas de reír, pero no lo haré.
— ¿Y cómo debe ser el nombre de un dragón, niño sabelotodo?
—Creo que debe ser sonar fuerte, con varias letras R y alguna K, o varias que hagan saber que es el nombre de un dragón.
—Esa es tú opinión, pero me llamo Ulsen y me gusta mi nombre.
—No discutamos Ulsen. Ya te dibujé. Te invito a mi casa, pero no hables, asustaras a mi familia.

No hay comentarios: