Un punto distante en el espacio se fue haciendo cada vez más grande. Era una isla voladora enorme, el horizonte de la superficie parecía perderse en la distancia. Tenía formidables montañas y lagos tranquilos, cascadas de ensueño, ríos extraordinarios y hasta un desierto tenebroso.
—Estamos llegando Alexander—dijo Guía el alce—, ahora viajaremos cerca de la superficie para mostrarte algunos paisajes.
miércoles, 7 de octubre de 2009
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